Al perder a un ser querido, necesitamos ser apoyados, escuchados. Sentimos una gran necesidad de hablar sobre los fallecidos y la pérdida que nos aqueja. Esta necesidad es sana: es exteriorizando el propio dolor que alcanzaremos la curación, es pasando por el duelo que lograremos salir realzados de él.
Para dar sentido a la propia historia
La familia y los amigos son preciosos aliados en estos momentos; sin embargo, debemos asegurarnos de que las personas a las que acudimos estén dispuestas a escucharnos. De hecho, es mejor comprobar que nuestros seres queridos muestran la suficiente apertura como para permitirnos expresar todo lo que sentimos.
Si este no es el caso y las personas que nos rodean no están dispuestas a bucear con nosotros, ya sea por miedo o por falta de tiempo, es bueno respetar sus reservas; indudablemente tienen buenas razones.
Incluso cuando se dispone de un oído amable, a veces es gratificante confiar en personas que están sufriendo como nosotros, pero que viven fuera de nuestro drama personal.
Por tanto, se puede extraer mucha sabiduría y consuelo dentro de un grupo de apoyo comunitario. Cuando se llevan a cabo con respeto, estas reuniones pueden ayudar a brindar a todos la oportunidad de dar sentido a su propia historia.
Al contrario de lo que a veces se podría pensar, presenciar el sufrimiento de los demás no es demoledor. Los testimonios de otras personas en duelo pueden ayudar a una persona en duelo a acercarse a sí misma, a su propio dolor y posiblemente a su propia curación.
Esta ayuda existe principalmente en tres tipos de enfoques: patrocinio, grupos de ayuda mutua y grupos de apoyo.
El apadrinamiento
El apadrinamiento consiste en reunir a dos personas que experimentan el mismo tipo de duelo. Vimos cómo se creaban relaciones íntimas y enriquecedoras en un clima de confianza y respeto mutuo. A veces la relación dura tanto tiempo como las dos personas lloran; en otras ocasiones, se desarrolla una relación duradera de amistad.
Grupos de ayuda mutua
Estos grupos reúnen a muchas personas afectadas por el duelo. Compartimos nuestra experiencia y también estamos llamados a desempeñar el papel de «oyentes». Esto hace que una persona que está en duelo y que ya no se siente necesaria por nadie encuentre el deseo de ayudar a los demás y se sienta útil nuevamente. Los líderes de estos grupos también están deseosos de transmitir información y enriquecer la red social de los participantes.
Grupos de apoyo
A veces confundidos con grupos de autoayuda, los grupos de apoyo se diferencian por una mayor participación de los profesionales. Los grupos de apoyo ofrecen reuniones más estructuradas, a menudo planificadas bajo un tema específico y guiadas por un trabajador social apropiado. Por tanto, estos grupos están más cerca de la terapia de grupo.
Ya sea que elija uno u otro de los enfoques propuestos, tenga en cuenta que cada vez hay más grupos de apoyo de este tipo. Para conocer los recursos disponibles para usted, puede obtener información de organizaciones comunitarias, hospitales, el CLSC más cercano a usted o incluso los responsables de su parroquia.
Fuente: la gentieane